El estío en los cerros calatravos

Este modesto trabajo sobre la positiva labor de los bebederos cinegéticos en los cerros del Campo de Calatrava no pretende ser un estudio científico y sistemático, aunque los numerosos puntos de muestreo y la cantidad de horas de grabación sí que nos dan algunas pinceladas maestras sobre las especies que los frecuentan y su interacción ente sí.

Nuestro proyecto se ha realizado en ocho bebederos gestionados por el club deportivo de caza Campo de Calatrava de Carrión de Calatrava en la provincia de Ciudad Real. Las grabaciones se han realizado en los meses de verano de 2019.

Nos despedimos con dos apuntes, dos peligros para las pocas manchas de bosque mediterráneo que aún nos quedan: el primero es la mal entendida generosidad de personas, que en su afán por dejar a los demás materiales y objetos que ya nos les sirven, van regando nuestros cerros con lo que mucha gente llama basura. Cuanto nos gustaría tener una varita mágica para devolver a cada uno lo suyo y exponerlo en la puerta de su casa ¡sería todo un espectáculo!

El segundo es la moda de tener una segunda residencia plenamente integrada en la naturaleza, aunque no se trata del tradicional chozo de carrizo, una obra maestra con los materiales que daba el terreno, reciclable cien por cien, que ya muy pocos saben realizar, ni siquiera la típica casilla manchega, enjalbegada de blanco como una paloma y el rodapié de añil. ¡No! Ahora en nuestros cerros se construyen magnas edificaciones de materiales nobles y refinado diseño. No nos explicamos porque algunos las denominan ¡chamizos! o ¡chabolas! , y hasta dudan si tendrán los permisos correspondientes.

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